En los arenosos caminos brasileros o las montañas de Los Andes, bajo el sol del Sahara o en las noches estrelladas... ¿Quiénes son los ciclistas, navegantes o la fiel mascota que me acompañaron durante el viaje?
«Quand on partait de bon matin
Quand on partait sur les chemins
À bicyclette»
Abi es m’Abi cicleta, mi linda rubia, y mucho más que mi medio de transporte.
Cuando me siento en ella, nos fusionamos y nos volvemos un ser con ruedas.
Pasé tres años sentado en frente al computador haciendo comerciales de papel higinénico que sólo me dejaban billetes acumulados…
El futuro estaba dibujado, pero decidí hacer un giro en mi vida y empecé vivir como un vagabundo con ruedas. Me pierdo, tengo el lujo de contar con tiempo y trazo la ruta dependiendo de los encuentros. Cuando me aburro y pierdo la curiosidad, vuelvo al trabajo, descanso un poco y empiezo de vuelta.
Estaba lejos de imaginar que Anabel se uniría a nosotros en el viaje. ¡Especialmente porque ella no sabía andar en bicicleta hasta dos meses antes de salir! Pero el amor y el deseo de cambio influenciaron su decisión. Dejó su trabajo y su vida metropolitana para sentarse en Abi, ¡convertida en un tándem para la ocasión! Esperamos llegar a Venezuela, su país de nacimiento, para Navidad.
Abi es genial, pero fuera de la ruta sinceramente me aburro fácilmente con ella… En Argentina encontré a Iba que es mucho más parlanchina. Con tan solo un año, la pequeña Border Collie ya habla tres idiomas ¡y ha decidido venir conmigo en el viaje por el mundo!
Londres – Paris
Lo más difícil es el primer giro del pedal. Dennis y Johnny me ayudaron mucho con eso. Quince personas vinieron conmigo desde Londres el primer día. Ellos dos siguieron pedaleando durante una semana más conmigo hasta París.
Sidi ifni – Laayoune
«Debes convertirte en el cambio que deseas ver en el mundo.» Mahamata Ghandi
Desde Chile hasta Kilimanjaro, Lelo recorrió el mundo en bicicleta para recaudar fondos y así permitir a jóvenes tanzanos acceder a la universidad para hacer estudios de preservación medioambiental.
Cuando encontré a Lelo en un pueblo marroquí, él ya había viajado 45.000 kilómetros.
Recorrimos el Sahara juntos durante 15 días, donde disfrutamos la increíble hospitalidad de los lugareños.
Santa cruz – Natal
Me dieron la bienvenida a bordo de su velero Lullaby para cruzar el Atlántico. Estos dos amigos descubrieron un sueño común y lo llevaron a cabo. Dejaron su trabajo, compraron un barco, lo restauraron y cruzaron el atlántico de ida y vuelta.
Junto con los tripulantes de la embarcación: Lucas, Anaïs, Marie-Hélène y Jerome, pasamos dos meses navegando, excursionando, reparando, explorando, meditando, cocinando y conversando.
Salvador – Rio de Janeiro
Xavier comenzó su viaje de Bélgica y tenía un itinerario casi igual al mío, pero lo empezó un mes más tarde. Nos encontramos en Salvador (Brasil) y decidimos continuar el viaje juntos. Luego conocimos a Cyril en un hostal, quien compró una bicicleta vieja para unirse a nosotros durante unas semanas. Hicimos nuestro camino zigzagueando entre las montañas hacia el sur. Nuestros recorridos se separaron en Río de Janeiro después de tres meses de intensas aventuras.
El Calafate – Mendoza
A sus 52 años, mi padre se tomó tres meses de vacaciones para viajar junto a nosotros en las rutas patagonicas. El equipo funcionó a la perfección y viajamos 3200 kilómetros entre fiordos y montañas disfrutando los mejores lugares para acampar en el mundo. A él le encantó la aventura, y probablemente volverá más adelante en el camino.